Ser energéticamente eficiente en la instalación eléctrica de tu empresa
Ser energéticamente eficiente en la instalación eléctrica de una empresa puede ayudar a reducir costos operativos y minimizar el impacto ambiental.
¿Sabías que la energía eléctrica no se produce en los edificios o lugares donde se consume? Esta se genera a través de grupos electrógenos o motores de combustión que suelen limitarse cuando existe cierta escasez de suministros.
La eficiencia energética es una de las premisas más importantes por las que se rigen muchas empresas e instituciones. Materiales como el de baja tensión, poseen un elevado rendimiento energético, esto es gracias a la inversión realizada por los fabricantes en desarrollo tecnológico e implantación de mejoras en el diseño y procesos productivos.
Si las empresas llevan a cabo una selección adecuada de los materiales que incorporan en sus instalaciones eléctricas, estas pueden reducir sus pérdidas energéticas en más de un 75%.
Pasos para mejorar la eficiencia energética de tu empresa
Una buena planificación es el primer paso si queremos ahorrar energía en nuestra instalación eléctrica. Hacer un uso inteligente de los recursos naturales, reducir el consumo eléctrico o controlar la energía, son factores que juegan un papel fundamental y cada vez más decisivo.
A continuación, te explicamos cuáles son los pasos para evitar malgastar la energía, al tiempo que ahorramos costes en la empresa:
- Uso de iluminación eficiente: Emplear tecnologías de iluminación LED de bajo consumo energético en lugar de lámparas incandescentes o fluorescentes. Además, implementar sensores de movimiento y control de luz natural para optimizar el uso de la iluminación artificial.
- Equipos y aparatos eficientes: Seleccionar equipos y electrodomésticos con certificación de eficiencia energética, como aires acondicionados, sistemas de calefacción, maquinaria industrial, etc. Esto puede reducir significativamente el consumo de energía.
- Gestión de la demanda: Implementar sistemas de gestión energética para controlar y optimizar el uso de la energía. Esto podría incluir la programación de horarios de trabajo para equipos, apagado automático de dispositivos no utilizados, y la gestión inteligente de la energía.
- Sistemas de energía renovable: Considerar la instalación de sistemas de energía renovable, como paneles solares o turbinas eólicas, para generar parte de la electricidad consumida por la empresa.
- Optimización del factor de potencia: Mejorar el factor de potencia de la instalación eléctrica puede reducir pérdidas y mejorar la eficiencia del consumo eléctrico.
- Aislamiento y sellado: Asegurarse de que las instalaciones estén bien aisladas y selladas para minimizar las pérdidas de energía, especialmente en sistemas de calefacción y refrigeración.
- Monitoreo y análisis de datos: Implementar sistemas de monitorización y análisis de datos para identificar patrones de consumo de energía y áreas donde se pueden hacer mejoras adicionales en la eficiencia.
Además de estas medidas, es esencial realizar auditorías energéticas periódicas para evaluar el rendimiento energético de la instalación eléctrica y realizar ajustes según sea necesario para mejorar la eficiencia energética de manera continua.